lunes, enero 26, 2004

Pelis en casa de mi hermano

Si el día 22 fue un día interesante y de recobrar el equilibro gracias a detener el tiempo hablando con una persona, el día 23 fue un día para cerrar el círculo. Charlando con mi hermano y con una compañera_de_trabajo que hace las veces de hermana_mayor, parece que se acabó la fase de montaña rusa. Mejor así, for all people.

Este fin de semana he visto dos películas en casa de mi hermano que en su día, por determinadas razones, no pude ver en el cine. El sábado, American Beauty. Proclamo que me siento totalmente identificado con Lester (Kevin Spacey). Y el domingo, The Ring (qué mal lo pasé; que nadie me llame a casa ni me encienda el televisor, por favor). Quería ir al cine a ver por segunda vez El Retorno del Rey, pero no pudo ser (ya llegará el momento).

Antes, iba al cine un par de veces al mes. Ahora, creo que en los últimos años he ido seis veces (las tres del Señor de los Anillos, Inteligencia Artificial, Señales, y Buscando a Nemo con mi hijo mayor, que visitaba el cine por primera vez). Ay!

PD.- He de empezar a poner links a esto, a ver si me entero. Os copiaré cómo hacerlo a alguno de vosotros del canal #mensa (y os lo agradeceré, claro).

jueves, enero 22, 2004

Serenidad, equilibrio

"Vuelvo a vosotros, en los albores de la tempestad", les dice Gandalf a Aragorn y compañía en el Bosque de Fargorn (su reencuento en Las Dos Torres). Ayer día 21 no tuve ningún dato objetivo sobre el tema que más puede preocuparme; pero las impresiones, las "señales" comenzaron a ser positivas. El viento cambia de dirección. Gracias, Dios.

Mucha gente tiene un lugar donde ir como "reserva espiritual" (cuando se siente solo, o para celebrar algo, o lo que sea). Yo tengo varios sitios de esos, cada uno con su significado. Uno, donde iba cuando era aún más joven a beber cerveza con mi Renault-7, para sentirme mejor -y beber una cerveza más-. Otro, para tocar fondo y sentirme mal por temas de desamor, que es el mismo que para sentirme bien por temas de amor, esta vez acompañado. Otro, para hablar con Dios, si se me permite la expresión (que hace muuuucho tiempo que no visito).

Pero, además de todos esos lugares, también conozco a una persona cuyo significado para mí es cercano al de la "reserva espiritual". No es mi madre, ni mi hermano, ni nada de eso (qué fácil sería entonces), es un anciano muy especial al que visito, de cuando en cuando, para pasar una horilla (o dos) hablando con él, y volver a casa en estado de serenidad interior.
Bueno, pues hoy es 22 de enero, y quiera o no, es un día con mucho significado para mí. Resulta imposible mantener el significado que realmente tiene, pero he querido que no pase el día sin más (además, hay que tener en cuenta que yo trabajo en Valencia ciudad, y hoy es fiesta local allí, así que tengo todo el día libre).
¿Y qué he hecho hoy entonces? Pues es fácil de adivinar: conversar tranquilamente durante casi dos horas con la persona que mencionaba. Y sí, he logrado hacer que el 22 de enero de este año quede en el recuerdo. Y sí, estoy en casa, y me siento bien.

Vuelvo, en los albores de la tempestad.

martes, enero 20, 2004

Por favor

Tal vez hoy no sea un buen día para empezar a escribir notas (post) en una bitácora puesta al público en general (blog). Ni hoy, ni ningún día de esta semana, ni probablemente de la que viene. No sé por qué, pero sólo acabo escribiendo (teclado de ordenador, lápiz y papel) cuando las cosas se tuercen. Y generalmente van bien, y estoy seguro que estoy más inspirado (y pido perdón por atreverme a decir -escribir- que alguna vez he podido estar inspirado) cuando van bien.

Pero así estamos: ahora, no van bien. Dios, San Martín, recordad lo que os decía estas pasadas noches a través de la almohada. Anda, por favor. Y volvemos a sonreír. Plis.