Hechos:
Han acaecido (se dice así?) nuevas circunstancias en mi vida, que plantean la revisión y "suspensión" de lo que contaba en mi entrada anterior, y pueden dejar el 18 de mayo de 2005 como un "punto y aparte" y no un "punto y final".
Bien. Tengo claro qué es lo que me ha llevado hasta aquí: el bienestar de mis hijos, y la máxima de que ni su madre ni yo perdamos la convivencia con ellos. Eso mismo será lo que seguirá guiando todo aquello que haga.
Mensaje para Dios (si existe):
¿Pero qué cojones te pasa?
¿Estás aburrido y no se te ocurre otra cosa que tocar las narices de los demás, o qué?
Por favor, yo sólo quiero contar a mis hijos un cuentecillo por las noches, y poco más.
¿No puede ser? ¿Tiene que ser tan complicado?
Anda, vete a freir espárragos.
Mensaje general:
Supongo que estoy ante una decisión muy difícil, quizá de las más difíciles que me hayan tocado en esta vida, entre darle final al punto o no. Tengo la impresión de que, decida lo que decida, ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes, pero hay más inconvenientes que otra cosa en los dos caminos.
Nunca he disfrutado del derecho a equivocarme, y esta vez no será menos. Mientras, por un lado pienso que me equivocaré haga lo que haga; y por el otro, que mientras me guíe por el bienestar de mis hijos, tomaré la decisión acertada.
Y eso es lo que pienso hacer: guiarme por el bienestar de mis hijos.
Pero, maldita sea mi estampa, qué difícil resulta esto.
Han acaecido (se dice así?) nuevas circunstancias en mi vida, que plantean la revisión y "suspensión" de lo que contaba en mi entrada anterior, y pueden dejar el 18 de mayo de 2005 como un "punto y aparte" y no un "punto y final".
Bien. Tengo claro qué es lo que me ha llevado hasta aquí: el bienestar de mis hijos, y la máxima de que ni su madre ni yo perdamos la convivencia con ellos. Eso mismo será lo que seguirá guiando todo aquello que haga.
Mensaje para Dios (si existe):
¿Pero qué cojones te pasa?
¿Estás aburrido y no se te ocurre otra cosa que tocar las narices de los demás, o qué?
Por favor, yo sólo quiero contar a mis hijos un cuentecillo por las noches, y poco más.
¿No puede ser? ¿Tiene que ser tan complicado?
Anda, vete a freir espárragos.
Mensaje general:
Supongo que estoy ante una decisión muy difícil, quizá de las más difíciles que me hayan tocado en esta vida, entre darle final al punto o no. Tengo la impresión de que, decida lo que decida, ambas opciones tienen ventajas e inconvenientes, pero hay más inconvenientes que otra cosa en los dos caminos.
Nunca he disfrutado del derecho a equivocarme, y esta vez no será menos. Mientras, por un lado pienso que me equivocaré haga lo que haga; y por el otro, que mientras me guíe por el bienestar de mis hijos, tomaré la decisión acertada.
Y eso es lo que pienso hacer: guiarme por el bienestar de mis hijos.
Pero, maldita sea mi estampa, qué difícil resulta esto.
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