sábado, julio 03, 2004

Rojo Oscureciendo

- ¡Hola, blog! ¿Cómo estás? ¿Sabes? Hoy quería escribir una entrada muy positiva, por fin me sobraban cosas que comentar de tono más que optimista... la visita al centro de trabajo de mi madre, hermano y cuñada el lunes, y sobretodo la visita con E. y mis hijos el martes (que llevaba esperando un año)... o algún comentario sarcástico sobre mi mala suerte en las vacaciones...
- ¡Hola, Pucela! Pues... ¿a qué esperas? ¡adelante! Así, los pocos que te lean se aburrirán menos, ¿no?
- No, blog. Finalmente, he perdido el humor esta tarde. E. se ha puesto a trabajar (hoy era su segundo día), y yo me quedo al cuidado de los niños. Estábamos jugando en la piscina (tras ir a mil sitios por la tarde), cuando el mayor ha salido a hacer pipí, se ha resbalado (no sé si por la toalla o por el agua e ir descalzo), y se ha caído.
- ¡Bah! ¿Y eso es grave como para perder el ánimo?
- Lo más grave que les ha pasado nunca: tres puntos en la barbilla, y un colmillo de leche partido, para el pobre crío.
- ¡Vaya! Pero no te preocupes: es normal que los niños se caigan... ¡a quien no le han tenido que coser de niño tras una trastada!
- Pero es que siempre que les pasa algo grave, estoy yo a su cuidado; no creo en la mala suerte ni en la fatalidad. Me han dicho que soy un irresponsable, que no tengo conciencia del peligro ninguna, y que los niños, a mi cuidado, están al cuidado de un "cuarto niño" y no de un adulto.
- Bueno... pero los niños están agusto contigo, y se divierten y...
- ¿Y qué tiene que ver eso con la seguridad? Tengo miedo de que les pase algo, de no ser capaz de cuidarles bien, de que no estén seguros; incluso, de que no se sientan seguros a mi lado, a fin de cuentas, ellos también escuchan cómo me dicen que no tengo responsabilidad alguna...
- No digas chorradas... los niños no se matarán por estar contigo...
- ¿Eso me lo repetirás cuando se maten? Hace un tiempo me dijeron que no era un buen padre, por muchos cuentos de dinosaurios y cuchufletas. Si no tengo autoridad con los niños, no sé educarles, y no soy capaz de darles seguridad, no valen risas y juegos. ¿Y si no soy un buen padre? He pasado mil horas en el último año planteando y planteándome cosas de custodia compartida y todo eso; ¿y si no soy capaz de tener parte de la custodia de los niños, y sirvo para padre-payaso de fines de semana y nada más?
- ¡Eh, eh! Lo siento, pero esto es victimismo puro y duro; según quien leyera tu blog, seguro que te lo dejaba en 'comments'.
- No sé si es victimismo o no; es posible, hace casi un año que no piso del todo la realidad, y no me ofende ni acabo de entender eso de ser victimista o no serlo; el caso es que me siento fatal... cuando le cosían la barbilla al niño, no he aguantado y me he mareado, he tenido que ir a tumbarme... mientras el niño no ha llorado ni se ha movido... parece que mi hijo de cinco años menos dos días es más adulto que yo, y no creo que sea mérito mío.
- ¡Ánimo, Pucela! Sentirte culpable no te va a ayudar en nada.
- Me da un poco igual sentirme culpable, blog... más bien, me da miedo ser el culpable; el otro día me decían que no soy un buen padre, y puede que tengan razón; y me decían que no soy capaz de sacar provecho a mi vida, y que me dejo pisar, y puede que tengan razón; y que no es posible que mis caídas libres en varios aspectos de mi vida sean casualidad o fatalidad, y puede que tengan razón.
¿Y si hace cinco años que no hago las cosas bien con mis hijos? ¿Y si hace seis y pico que no hago las cosas bien en mi matrimonio, o lo que sea que se llame? ¿Y si hace diez y pico que no las hago en la política? ¿Y si hace casi treinta que no las hago en general?
No, querido blog... No tengo nada claro que nada de lo que vaya a emprender salga bien, ni que algunos 'sucesos causales malos' que me pasen sean fatalidad, alguna culpa he de tener.
- Ufff... Bueno, Pucela, es algo tarde... ¿me prometes que el próximo post es positivo, sobre tu historial de vacaciones o sobre la visita de los niños a Valencia?
- No; ¿y si lo que debo hacer contigo es cerrarte, blog? No sé, me pensaré. Intentaré escribir algo más positivo otro día, ¿te vale?
- Inténtalo; buenas noches, Pucela.
- Buenas noches, blog.

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