miércoles, febrero 25, 2004

Metiéndome en estas cosas de intenné

Hoy es un día más complicadillo. Debe ser por la tos, moquillo, medio fiebre, dolor de cabeza y malestar general. Total, que me he resfriado. Esto de no dormir casi nada generalmente, y el radar de mis hijos para venir a despertarme cuando enlazo más de dos horas de sueño, tienen sus incovenientes.

Pero mire Ud., al menos, y como se necesita poco esfuerzo, he ido adelantando cosillas en el ordenador. Entre ellas, éste blog. Perdón por mi falta de estilo al escribir (yo mismo he tenido que releer tres veces el post de abajo para entenderlo bien; la Virgen! en mis tiempos, o se me daba mejor lo de contar cosas, o mi madre me tenía muy engañado). He puesto un montón de links a otros blogs, casi todos de Mensa. Si alguno me falla, o he puesto mal el título, o lo que sea, etc, etc, decídmelo, plis, y lo arreglo en un plis plas.

El sábado hice un examen de oposición a técnico de administración general de la Generalitat Valenciana, tipo test, 120 preguntas en 100 minutos. No lo aprobé, obviamente (no estudié nada, sólo me leí un poco cuatro o cinco leyes para enterarme de lo que iban las preguntas aunque no supiera la contestación correcta. Pero tenía muchas cosillas pendientes y no quería ponerme hasta pasar el susodicho examen. De forma que me estoy poniendo ya. Este blog, y mi web en general, son una de las cosillas pendientes.

Prometo solemnemente que me lo tomo en serio. O no.

martes, febrero 24, 2004

Desventuras con final feliz

El pasado viernes, era el día de carnaval en el cole de mis hijos (los dos mayores van a infantil, el pequeño aun no va al cole). Por la tarde, había que llevarlos disfrazados a las tres de la tarde, y si el tiempo mejoraba, los sacaban a dar una vuelta a la manzana disfrazados.

Yo, que, con la que está cayendo, no quiero perderme nada que tenga que ver con mis hijos, me fui una hora antes al trabajo, para salir dos horas antes (la otra algún día tendré que recuperarla). Para que me entendáis, trabajo a 70 km de donde vivo. Y fui en coche y no en tren, así que se supone que en una horita más o menos, en casa. Para participar en ponerles el disfraz a los crios (el mayor, de raton mickey; el mediano, de indio). Llamé a E. (la madre de los niños) para decirle que sobre las 14:15-14:20 me esperara en casa.

Y salgo a las 13:10 de mi trabajo, en el centro de Valencia -mi horario acaba a las 15h de normal-. Y comienza mi vía crucis...

- (13:25) en 10 minutos me planto en la salida de Valencia, dirección Barcelona, en el tiempo previsto, pero hay mucha cola en la salida (de normal no suele haber tanta)

- (14:10) ya estamos..... había un accidente o algo así. 45 minutos para hacer tres kilómetros. Yo me pongo de los nervios. Y del accidente, ni rastro, a pesar de haber pasado seis ambulancias aquí y allá ¿Nos tenían parados mientras limpiaban la carretera o qué?

- pero es que, además, de los 45 minutos me paso 40 hablando por el móvil (asuntos políticos), más o menos hasta que ... se le acaba la batería. Adiós a poder avisar de que llego más tarde de lo que pensaba. Ya la tenemos liada. Una de dos: o mi coche tiene alas y puedo planear hasta mi casa, o hago una media de 280 km/hora (70 kilómetros en 15 minutos), o no llego. Me daba a mí en la nariz que iba a ser esto último.

- voy haciendo el rally de la N-340 hasta mi ciudad; y como está lloviendo, se me va el culo del coche en diecisiete curvas. Dentro de mi oía una voz que decía "izquierda siete, raaaasssss!" y otra que decía solemnemente "nos reunimos aquí para dar el adiós a nuestro hermano Mauro....."; bueno, al menos ganó la primera

- (14:40) y llego a Onda (mi ciudad), veinte minutos tarde sin haber avisado; como no sé si los niños estarán en el cole o en casa esperándome, no voy directo a casa sino al parking del colegio. Vale, no están allí. A subir a casa, si me están esperando, será un milagro que no lleguen tarde al colegio (hay kilómetro y medio de mi casa al colegio, no se puede ir andando, menos si va lloviendo para acompañar).

- (14:43) si voy del cole a casa, cojo un atajo, el mismo, siempre; pero si tooooodos los niños de Onda van disfrazados, y han de ir a sus colegios, y en el atajo paso por delante de otro colegio... qué puede pasar? ... bingo! la calle cortada`para que pasen los niños disfrazados. A dar otra vuelta de mil demonios para pasar por delante de casa.

- (14:47) El camino hacia casa lo marca una carretera de salida de Onda. Voy disparado por la carretera (no me da tiempo, no me da, no me da), y tengo un coche delante, pero algo lejos. Posiblemente giraré yo a la izquierda (ya al lado de casa) antes de alcanzarlo. Claro está, si no es que el coche se para en seco para meterse por un caminito de cabras. Imaginaos: coche de delante, parado en seco. Yo, a 100-110 km/h, lanzado, pensando que el coche se movía.

(...)

Bueno, no me maté. Derrapando, cruzando el coche, esquivando de milagro y saliendo mi corazón a dar una vuelta por el salpicadero del susto. Pero vivo. Y giro a la izquierda, me faltan 100 metros para casa.

- (14:49) Pero el destino quiere un poco más de mí y de mis nervios. El repartidor del butano, con el camión en medio de la calle de mi casa (los que seáis de una ciudad grande no os riáis, please, las bombonas de butano aún tienen su encanto). Y, además, por la lluvia, el viento, la torpeza, o los designios del maligno, cuatro o cinco bombonas que se han caido del camión (o vete a saber) y ruedan por el suelo. Y el repartidor, recogiéndolas. Y yo, adquiriendo un tono verdoso en plan increíble Hulk (pero en tamaño llavero). Ya no llego.

- (14:52) Aparta un par de bombonas de uno de los lados de la calle, subo el coche dos ruedas a la acera para salir del paso, y me encuentro enfrente de mi casa. Obviamente, mis hijos ya no están allí. Me los debo haber cruzado, y ya estarán en el colegio, pensando si "papi" tenía que verlos disfrazados o no. ¿Por qué se ceba la mala suerte sobre mí? ¿quién me pone la pierna encima para que no levante.........? ¿quién?

- (14:56) Disparado hacia el colegio de nuevo. Me salto un semáforo (total... que derrapen otros, que yo ya he derrapado y me he subido a la acera). Como soy consciente de que ni de lejos aparco cerca del colegio, he de dejar el coche lo más cerca posible, y con el mínimo riesgo de que se lo lleve la grúa. Encuentro un sitio, a 300 metros del colegio. Lo aparco. Cierro el coche, no cojo paraguas (para qué, ya me mojaré, ya estoy resfriado, si me da igual), y empiezo a correr hacia el colegio.

- (14:58) Vaya, cruzo la carretera sin mirar y resulta que venía un coche. No pasa nada, vuelvo a tirar el corazón del susto, pero como se va hacia la dirección en la que yo voy corriendo, lo cojo sin más. No problem.

- (14:59) Ya veo el colegio. Mientras voy corriendo a saltos y esquivando a la gente, farolas y demás, un anciano, bastón en mano, boina en cabeza, sale de entre dos coches que estaban aparcados. Justo en el sitio donde me llevaba el último salto esquivando a una señora, su carro de la compra y sus siete bolsas de Mercadona que no cabían en el carro. Pum. Anciano no cae, que se sujeta encima de uno de los coches (estos ancianos tienen más resistencia que el Acueducto de Segovia, si fuera el Buitre lo hubiera mandado al hospital del encontronazo). Yo, que iba sobre un pie, caigo sobre una farola. Me levanto, le pregunto al anciano si está bien, empieza a insultarme y quejarse de la juventud de hoy en día, doy por hecho que está más sano que una patata, y vuelvo a correr.

- (14:59:50) Ya estoy en la plaza del colegio. Un porrón de niños entrando. Los míos deben de estar dentro. Suena la sirena del colegio, en el mismo instante que cruzo la puerta de entrada al mismo.

- (15:00) LLego. Por fin. Aleluya!!!! Pillo a E. con un niño en una mano, y dando un beso al otro (al mediano), que su señorita acaba de abrir la clase, y el niño va para dentro.

Pero el niño aún no entra. Ha llegado papá. Besos, un abrazo a cada uno, decirles lo guapos que están, de qué van disfrazados, cómo se lo han pasado, bla bla. Dos minutitos más con los niños, que se van a clase más contentos porque estaban allí papá y mamá para dejarles disfrazados en el cole.