martes, mayo 02, 2006

Corazón, corazón.

El viernes le dió un infarto a mi padre.

Ahora mismo está fuera de peligro, en una habitación de planta hospitalaria (no de la UCI), quejándose de que le den comida sin sal y a la espera de pruebas que verifiquen su estado de salud.

Yo, por mi parte, tras un tiempo sin ir al trabajo, he vuelto a fichar esta mañana; un poco tarde, ya que venía del Hospital. Se supone que sigo jugándomela en el examen de oposición de este mismo sábado.

He leído un montón de mensajes y demás correos que en un rato contestaré, y que agradezco sinceramente. Lamento que mi vida se vaya complicando, aunque mantengo la esperanza de que poco a poco los nubarrones se vayan disipando.

Vaya, me ha salido una entrada un poco seria y concisa.
Contaré alguna buena noticia: mi hijo pequeño, Martín, cumplirá cuatro años en nueve días, y ya se puede llevar una pequeña conversación con él (conversar con mis hijos sigue siendo mi alimento de espíritu preferido).

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