martes, marzo 27, 2007

Planes y expectativas.

Hace algo más de siete años que ocupo la misma mesa de trabajo (como funcionario interino) en un organismo autónomo de la Generalitat Valenciana; antes de ello, había ejercido tres años como abogado en la ciudad donde vivo; y mientras pasaban unas cosas y otras, ocupé el cargo de concejal en la Corporación Municipal.
Más o menos aquí se acaba mi "vida laboral".

El año anterior hice unas oposiciones, y del resultado de las mismas se puede derivar un cambio importante en mi trabajo. Si aprueblo concursaré, elegiré plaza y toda la pesca; si suspenso, seguiré trabajando como interino si puedo, y si no, a mi casa.

EL caso es que desde hace un tiempo tenía un proyecto en mente, pensando en cómo compatibilizarlo del todo con mi trabajo como funcionario. Pero cualquier paso que pensaba significaría que tendría menos tiempo libre. La idea era ir sobre seguro, sin riesgos económicos (no voy a contar más detalles, que esto es internet), pero también sin tiempo libre.

Y me da la gana ser celoso con mi tiempo libre. La práctica totalidad del mismo la dedico a mis hijos. Me gusta ir al parque, al cine, al cuentacuentos, a eventos o actividades deportivas, o a tirarse en casa viendo una peli, haciendo los deberes, casitas de plastilina o robots con cartón, cola y témperas.
Me gusta pasar tiempo con ellos; y no quiero sacrificar parte de ese tiempo en engordar ninguna cuenta corriente ni ningún ego personal o reconocimiento social (yo ya me entiendo).

Así que había planeado un plan A si apruebo las oposiciones, un plan A+B en plan ambicioso, o un plan B si suspendo. ocupan mi plaza y me voy al paro. El plan B se quedará ahí, como reserva al A, pero no uniéndose a él en detrimento del tiempo que paso con mis hijos.
Y eso que me había hecho ilusión planearlo; pero me hace más, después de planeado, rechazarlo por una causa mejor.

***
Los párrafos de arriba eran algo parecido a lo que tenía pensado escribir hace unos días. Pero en las últimas dos semanas han ocurrido otras cosas.
Ahora, digamos, hay un plan C y un plan D, que se suman a los A y B originales. Cada uno de ellos interesante de por sí pero incompatible con los demás.

Tengo una idea de por dónde quiero ir; pero aún no sé por dónde puedo o debo ir (y en este caso, querer no es necesariamente poder o deber).

Pero me hace ilusión toda la situación, la verdad. Aunque algún ascendiente mío piensa que soy imbécil, quizá no lo sea del todo.

***
En breves días espero dar una noticia sobre mí en el blog. Deseadme suerte mientras tanto.
:-)

No hay comentarios: