martes, julio 27, 2004

Buena o mala suerte

El otro día, un amigo me dijo: "Joder, es que llevas la negra, llevas más de un año de mala suerte". Se agradecen los comentarios de otras personas que vienen a animarte o a desagraviarte o justificar tus errores o acciones. Tal vez pudiera hacer un ejercicio de victimismo lastimero, para que alguno/a me diera la palmadita en la espalda, pero no; es que, en realidad, no he tenido mala suerte.
Por principio, pienso que si Dios puso a mis hijos en el 'haber' de mi vida, ya puede poner cosas en el 'debe', que la balanza siempre estará descompensada en positivo. Pero no sólo por eso: es que este tiempo y estas experiencias que me tocan vivir son la mar de interesantes, y es una parte de  mi vida en la que quiero estar presente, no esconderme y esperar a que pase.
 
Otro motivo por el cual no puedo tener mala suerte: porque no existe.
Estoy convencido de que la mala y la buena suerte son patrañas, que dependen de ti mismo, de tu voluntad para hacer cosas. No hay que esperar a que pase una racha y venga otra mejor: hay que salir afuera a acabar con la racha negativa y buscar la positiva.
Un político a quien le acusaban de tener suerte y caer siempre de pie, contestó "pues sí, tal vez tenga buena suerte, pero le diré una cosa: cuanto más trabajo, cuanta más atención y esfuerzo pongo en lo que hago, mejor suerte tengo". Pues eso.

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