martes, julio 20, 2004

Hoy celebro un primer aniversario

20 de julio de 2003. Yo estaba de vacaciones. Fuimos a comer al bosque toda la familia, luego vimos Harry Potter y la piedra filosofal en casa, cenamos y subieron los niños a su habitación a dormir. En ese momento exacto, comenzó el principio del fin. Yo no lo sabía, claro, me di cuenta después de la seriedad del tema, y de las consecuencias que iba teniendo. Del blanco -o gris clarito- al gris oscuro, al negro, y vuelta a un gris que sigue oscureciendo.
 
Hoy es el primer aniversario de aquella fecha. Y, aunque parezca algo extraño, me tomaré una cerveza fría en su conmemoración.
 
Ha sido un año muy difícil. No diré que ha sido el peor año de mi vida, porque tras bajar al fondo de ti mismo, de tu vida y de tu escala de valores puedes encontrar más aspectos positivos de los que te esperas. Un año de montaña rusa interior, de pésimos y gloriosos momentos. En cierto modo, me siento orgulloso de las decisiones (interiores y exteriores) que he ido tomando.
 
En el haber, entre otros momentos, mi cumpleaños en diciembre de 2003, o el viaje a Madrid en febrero (donde además de conocer a gente extraordinaria "cosectárea", hice algo de lo mejor que ha dado este año: visitar a mi familia de allí rompiendo una mala racha), o miles de momentos con los niños. El cambio (por fin!) en mi escala de valores, que me ha permitido volver a ser yo mismo y auto-reconocerme en mis propios actos.
En el debe, el ambiente general del año, la soledad compartida, el final de un ciclo en 'el otro' aspecto de mi vida, etc. La verdad es que he llorado alguna que otra vez en este año (ahora mi hermano me llamaría 'metrosexual', que creo que es la versíón moderna de la palabra 'pringao'), pero he resistido bastante bien. Sólo me hundí una vez, y fue necesario.
 
Ahora puedo hacerme un esquema de mi vida, lo que tengo, lo que quiero, lo que quiero conseguir, y trazarme algún plan y pequeñas metas para conseguirlo. Y adaptarme según vayan cambiando las cosas. Y sobrevivir, y ser feliz, e intentar hacer felices a los que quiera.
Pero... ¡ojo! ... es el primer aniversario del principio del fin, pero no el fin del fin. Ëste no ha llegado, y sinceramente, no se le espera a corto plazo. De forma que no hay conclusiones ni luz en el túnel: estamos dentro del túnel, seguimos haciendo el camino.
 
Finalizo este largo post con el capítulo de los agradecimientos (ya sé que seguro que no entendéis lo que quiero decir, pero este párrafo va en plan homenajeíto):
Inicio con mi familia. ¿Os acordáis de todas esas chorradas que suelen decirse que la familia es la que siempre está ahí pase lo que pase, y bla bla bla? Pues es verdad. Mis padres han sido necesarios para llegar hasta aquí, y mi hermano más aún (aviso: si alguien piensa que tiene muy buena relación con un hermano o hermana suyo/a, que se olvide: la nuestra es mejor. Y chis-pum).
Y sigo con mis amigos. Mis compañeros del trabajo (es una suerte respirar confianza y aprecio allí donde pasas todas esas horas), mis compañeros políticos (es una suerte poder llamar amigos a algunos de ellos); y en especial, dos mujeres que, como la familia, han sido necesarias: la catalana a quien no conozco personalmente (y sólo puedo leer hasta aquí), y mi ex-compañera-del-curro-casi-hermana-mayor (que ha sido el equilibrio y contrapeso en muchas conversaciones).
Y, por último, mis hijos. No es que hayan sido 'necesarios', es que han sido la esencia y el sentido. Mi fuerza, mi supervivencia, mis decisiones, mis pequeñas y grandes metas, nacen y mueren en ellos. Gracias a mis hijos no he perdido el norte, y sigo en el túnel, con suficientes energías para ir recorriéndolo.
 
Gracias a vosotros por leer. Voy a por mi cerveza fría. Chin-chin!
 
Pd. Voy a dejar el post sobre el significado de Pucela para el nº 51, con vuestro permiso (ayer no caí en la celebración de hoy). Por cierto, estoy de reformas en mi web, que la estoy pasando a geocities a ver si va más rápida; y de paso, os anuncio que entre mi hermano y yo abrimos un nuevo blog (Barea's Brothers), que en principio es suyo, pero en el que yo colaboraré con él.

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