martes, diciembre 28, 2004

Efe (de Feliz navidad, y de Fiebre)

Seguro que me ha mirado un tuerto.

Tengo vacaciones en la empresa (esa empresa gorda que se llama Generalitat Valenciana) del 21 al 30 de diciembre, de forma que no trabajo hasta el día 3; con esto acabo mis días de vacaciones de este año. Así, planifico mis navidades con los niños.

Pues, tras estar casi todo el año sano como una pera, me levanto el día 21 con fiebre. Han pasado no-se-cuántos-días, y sigo con tos y fiebre. Mecagüen yo.

A veces, pienso que el cuerpo se venga de ti. O algo parecido. Si de normal duermo poco y tengo mil cosas en la cabeza, estos últimos tiempos la cosa se estaba acelerando (ahora que me ha dado por aprender a cocinar a ratos, ni te digo). Y mientras he ido trabajando y en tensión aquí y allá, pues vale, he aguantado.

Pero... ha sido llegar a casa, echarme y pensar que tengo varios días para descansar y no preocuparme de nada o casi nada, y mis vísceras han dicho “ésta es la mía, ahora te vas a enterar”.

Joer! Que yo nunca he aguantado bien la fiebre (mi madre dice que deliraba si pasaba de 38 y medio, la madre de los niños dice que deliro de normal), y he rozado los 40 en esta ocasión.

Para mi hermano, rozar los 40 significa que estás un poco más cansado, pero que puedes hacerte un huevo frito en el brazo. Para mí, this is the hecatombe.

De esa forma estuvimos hasta el día 24. Tres días dolorido y casi sin salir.

(...)

Pero en este año 2004 yo no me he dejado fastidiar los planes, y no iba a hacerlo ahora. Si la idea era pasar el día de Navidad jugando con mis hijos, no iba un puñetero virus a mandar mi plan a freír espárragos a ultima hora.

Así que el día 24 me comí unos 5 kilos de naranjas, y mi conciencia bajó a mis tripas para agarrarle del pescuezo al virus de los demonios y decirle: “oye, mucho gusto, has estado muy bien, has puesto mucho de tu parte, y bla bla bla, pero ahora lo que vas a hacer es coger tus cosas e irte; no hay más que hablar”.

Reíros, reíros, pero el día 25 ya estaba bien. O no estaba bien (que estamos a 27 y aún tengo tos y fiebre), pero el virus dejó de fastidiarme los planes.

Si se ha ido, bien.
Si no se ha ido, allá él, porque lo que es yo, no le pienso hacer ni caso.

Ea. Y ahora, a seguir con lo mío, que son las navidades infantiles.

Por si no lo había dicho:

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

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