martes, agosto 16, 2005

(yo quiero) vs (yo debo)

Quienes hayáis tenido la santa paciencia de seguir este blog, sabréis que hace poco conseguí asegurar el principal objetivo que me había marcado en estos tiempos. Ahora, toca mantenerlo y disfrutar de él, que no será necesariamente sencillo. Bien.

Me encanta mirar sonriente al cielo, sentir la sensación de logro personal. Pero mi vida y mis metas no acaban ahí, obviousely. Cruzada la meta principal, tendré que ocuparme de nuevos retos. Si puede ser, menos dramáticos y trascendentales: ya he sufrido bastante pensando que podía llegar el día en que no conviviera con mis hijos, para plantearme otros sufrimientos y pesares.

Ha sido un éxito llegar hasta aquí. Y será un éxito "continuado", porque debemos seguir trabajando para mantener el equilibrio. Perooo ahora... ¿...qué? ¿qué es lo que quiero hacer?

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Esto entronca con algunos posts blogueros y conversaciones con esos estupendos madri-granaínos llamados Imperator y Rapunzell; ya escribí alguna vez sobre esto, sobre "lo que yo quiero hacer", al estilo del Auryn y su lema "Haz lo que quieras" (repasar el histórico de este blog, y sobretodo la serie de Rapunzell del Auryn).

El problema es que yo tengo más o menos claro lo que quiero: niños, niños, niños. Vivir tan intensamente como pueda mi paternidad (que no es lo mismo que 'vivir mi vida a través de la de mis hijos', ojo!). Quizá también me gustaría darme un poco de cancha política, que lo tengo muy dejado. Y retomar mis estudios universitarios. Y ejercer de nuevo como abogado, o acabar dando clases en algún sitio, o mejor, compaginar ambas cosas. Y... bueno, otras muchas cosas.

Pero si bien tengo claro lo que quiero, lo que me gustaría hacer (y las prioridades entre unas cosas y otras), a lo que estaría dispuesto a renunciar (todo menos los críos) y a lo que no (los críos) ... también tengo claro lo que debo hacer.

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¿Qué es lo que debo hacer?

¿Comprarme una Harley-Davidson, dejarme melena hasta el culo y no afeitarme nunca más, y beber cerveza en distintos países europeos o americanos? ¿tentador, eh? Pues no.

Lo que debo hacer, de una puñetera vez, es estabilizar mi situación laboral. Soy funcionario interino, y mi trabajo es menos estable que la salud de Juan Pablo II. Si perdiera mi empleo, se caía de golpe el castillo de naipes que puedo montar alrededor de mi vida. Y eso de jugar con los niños y leerles cuentos está muy bien, pero siempre que ellos hayan comido y cenado.

Aún sin fecha de examen, pero ya han sido publicadas unas oposiciones para técnico superior de la Generalitat Valenciana (puestos como el mío, vaya), donde dan muchos puntos en el concurso a los interinos. Pero antes de ir al concurso, hay que aprobar la oposición, que son un par de exámenes. Y para 150 plazas, habrá cerca de 5000 aspirantes, si no más.

Si apruebo esos exámenes y entro como funcionario de carrera, todo sobre ruedas: tengo estabilidad laboral y puedo descansar tranquilamente sobre un futuro de paz y alegría.
Si no apruebo, en un tiempo no tendré más remedio que irme al paro, y mi pan nuestro de cada día se convertirá en una raspa de sardina que podremos oler entre los tres niños y yo (y eso los días festivos; los días normales, a cazar cucharachas).

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Hasta aquí todo bien, ¿no? Pues no, chicos.

Si bien lo que debo hacer es preparar, y aprobar, las oposiciones, eso no es lo que quiero hacer.

Y cuando lo que debes no coincide con lo que quieres, vamos apañados.
Yo no quiero ser funcionario; pero tampoco quiero pasar hambre, ni arriesgar un ápice el sistema de vida y el equilibrio con los niños, su madre, la custodia y todo eso.
Yo no quiero sentarme a estudiar leyes tediosas y aburridas; pero, si no lo hago, suspenderé las oposiciones, y me esperan felices las raspas de sardina y las cucarachas que quieren ser cazadas.

Así que... ya sabéis: he de hacer lo que toca, porque toca, y no admite más discusión.

Ale, a estudiar Constitución, Estatuto de Automonía, Ley 30/92, ley de función pública, y un sinfín más de artículos y normas legales. (Oh, qué divertido, qué emoción, no podré resistir tanto goce y disfrute físico-espiritual-sensual).

Pequeña nota mental: Mauro, estúpido, si estudias es porque es lo que quieres hacer. Lo que quieres, principalmente, no es meterte en berenjenales políticos, sino asegurar tu supervivencia, la de los críos, y el equilibrio familiar. Estudias para eso, porque ésa es tu prioridad. Si tu prioridad fuera el sexo y la cerveza, y a los niños que les den, anda que estudiarías tú un puñetero papel. No te engañes, y no te hagas la víctima, que con eso de las cucarachas t'has pasao. Te mereces que te den una para cenar de verdad, mameluco.

Lo dicho: próxima estación, oposiciones a la Generalitat. No es lo que me apetece hacer, pero es lo que debo hacer.
Gracias por vuestra atención.

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