miércoles, enero 11, 2006

Año 2006. Trilogía.

Cada vez escribo menos por aquí, no se por qué. Espero dejar de fijar la vista en las musarañas de una vez, que hay muchas cosas por hacer y contar. Y objetivos a conseguir.

No lo he deseado a mucha gente; lo deseo ahora: Feliz Año 2006.
Tampoco he felicitado la Navidad a demasiada gente. Poco más que mis tres críos.

Hoy escribo este post después de haber leído casi todo lo que llevo escrito en el blog desde que lo comencé, con el capítulo final que dí por llamar "Ítaca". Los dos años que han pasado, 2004 y 2005, han sido... digamos... "significativos" en mi vida.

En el desastroso año 2003 comenzó la deriva de mi matrimonio (que ha acabado como ya sabéis), a la vez, firmé algunos papeles que ahora me traen media ruina económica, y para rematar, se fue al traste mi vida política. Fue, definitivamente, un mal año.

En el año 2004, recuperé algo muy importante para lo que vendría después: el ánimo.
Y en el año 2005, comencé mi nueva vida (nueva casa, nuevo estado sentimental, nuevos objetivos) y logré el que ha sido mi mayor logro hasta ahora (y que no pienso superar en lo que me queda de vida): la custodia compartida. Me sentía fuerte y con confianza en mí mismo. Hasta me arreglé la boca (después de 14 años sin visitar al dentista) y todo.

Ahora, en el 2006 tengo poco que perder y mucho que ganar.
Poco que perder. Ya que tengo a mis hijos conmigo; y cualquier cosa que pierda, sea lo que sea, mientras mantenga la convivencia con ellos, será poco que perder.
Y mucho que ganar. Si gano estabilidad laboral/económica (lo que viene a ser traducido como "aprobar las puñeteras oposiciones"), habré logrado la cuadratura del círculo. Ese mismo círculo que se rompió en el año 2003.



Estas navidades, entre otras cosas, fuimos a ver a Papá Noel. Me acompañaron dos de mis hijos, pero les dimos cuatro cartas: las de los tres niños, y una que había escrito yo.
Creo en Papá Noel, y en los Reyes Magos, y en el Mundo de Fantasía. Pero no creo que por contar tus deseos éstos dejen de cumplirse.

Así que, obviando la necesaria prudencia de no contar tu vida en internet, voy a plasmar aquí mismo lo que yo deseo para este año 2006 a mi gente cercana.

Más o menos (no es literal), esto ponía en mi carta a Papá Noel (la escribí junto a mis hijos, leyendo todos las cartas de cada uno):



Querido Papá Noel:

Espero que ésta sea una feliz Navidad, y que te diviertas mucho conduciendo tu trineo de renos y repartiendo juguetes.

Este año te voy a pedir muchas cosas:
- para mis tres hijos, un juguete chulo, como un robot parecido a Mazinger Z
- para Martín, que cada día del año aprenda palabras nuevas, y que le salga bien su operación en enero
- para Salvador, que nunca nadie más le insulte ni pegue, ni él vuelva a hacerlo
- para Juan Manuel, que siga haciendo crecer su magia e imaginación, aprendiendo, leyendo, jugando e inventando
- para E., que sea feliz, y que base esa felicidad en nuestros hijos
- para mis padres J. y M., que aprendan a llevarse bien y a respetarse, y que se reconcilien con S. e I. (mi hermano y mi cuñada)
- para S. e I., que se casen pronto, y sigan siendo felices con sus animalitos, encargando en un futuro próximo otro tipo de cachorro
- y para mí... que pueda seguir en mi equilibrio como hasta ahora.

No hay comentarios: