miércoles, abril 21, 2004

(parte 2/4) Adiós a los bichos a rayas

Pero los bichos a rayas disminuyeron con la falta de lluvia, y terminaron por desaparecer con el frío.
A finales del verano, a veces había bichos a rayas, y a veces no. Dependía de si hacía mucho o poco tiempo que había llovido por última vez (creo que alguna relación hay entre los miriápodos y la humedad).
Pero, cuando llegó el frío, y cuando el invierno se instalaba, de los bichos a rayas sólo quedaba el recuerdo. Alguna foto que les hicimos, algún dibujo de los bichos que hice a los niños, algún personaje de los cuentos que resultaba ser un bicho a rayas.
Además, en esa zona a las afueras había algún solar, árboles y esas cosas que 'tanto abundan' en las ciudades; pero poco a poco es una zona donde se está edificando. Tal vez, ahora que había más cimientos que árboles detrás de nuestra casa, ya no volverían nunca los bichos a rayas. Habrían sido compañeros de juegos en un momento fugaz en nuestra casa.