lunes, enero 24, 2005

Pasear (parte I: Comando Piruleta)

Hace unos días, al escribir un comentario en el blog de Imperator (saludos!), recordé uno de los "sitios divertidos" (así los llaman mis hijos) de este verano. (Aviso: entrada íntima y cursi en la que hablo de mis hijos; leed si queréis, pero no digáis que no avisé).

Vivimos a más de un kilómetro del centro urbano de mi pueblo, así que casi siempre cogemos el cohe para ir aquí o allá. Aunque, de vez en cuando, también apetece pasear.

Salíamos de casa, después de comer, a dar una vuelta por la zona, que aún no está urbanizada del todo. Solíamos ir mis tres hijos y yo; a veces, con nuestra perra. Otras veces, con mi hermano y su perro. En pocas ocasiones, se sumaban la novia de mi hermano, o más raramente, la madre de los niños. Si íbamos todos, sumábamos cuatro cabezas de adulto, tres de infantes, y dos perrunas.

Estos paseos por la zona tenían, o tienen (ahora hace más frío y cuesta sacar a los niños) sus sitios característicos:
- la Casa de la Lagartija (una casa de la esquina de nuestra urbanización, donde un día dimos caza a una lagartija enana, y desde entonces buscamos -sin éxito- otras lagartijas)
- la zona de los Bichos a Rayas (una calle donde, en verano, hay un montón de milpiés, y los niños y yo jugamos con ellos, nos ponemos dos en una mano y nos acompañan en todo el paseo)
- la Cueva (la cueva es un agujero que hicieron los propios niños en una montaña de arena de una construcción de la zona; la montaña cambia de sitio y de formato, pero los niños siguen parándose a hacer la cueva)
- la Casa de los Conejos (un pequeño huerto adjunto a una casa donde alguien cría conejos, y puedes observar a los animalitos desde la acera)
- el Árbol de Hierro con Luz (un armatoste de hierro, pegado a una farola, donde crece una enredadera abundantísima, dando la impresión de que es un árbol de hierro; éste árbol es incluso un personaje de los cuentos de los niños)
- los Bancos Blancos (unos banquitos de piedra blanca donde solíamos sentarnos a comer chuches y jugar hasta que oscurecía, o se acababan las chuches)
- etc, etc. (hay más, pero no quiero extenderme)

Un día descubrimos un parque interior de una urbanización, donde podíamos corretear todos con libertad (incluídos los adultos y la perra). Y esa semana adquirimos una pequeña costumbre: bajar de casa paseando, llegar al susodicho parque, y comprar en una tauleta que hay al lado piruletas para todos. En casa, después de comer, preguntaba: "nos vamos al parque de las piruletas?"

Y, finalmente, cambiamos ese "nos vamos...?" por un "¡Atención! ¡¡¡Transformación en 'Comando Piruleta'!!! Pirulete, Piruleno, Pirulín, vamos allá! Que alguien traiga la cadena de Piruguau! Aaaaaaaaa...delante, al Parque Piruleta!! uno-dos, uno-dos, uno-dos!"!

Este verano, nos convertimos en el Comando Piruleta.
Yo, Mauro (*), era Papá Piruleto.
Su madre, Esther, cuando venía, Mamá Piruletina.
El mayor, Juan Manuel, Pirulete.
El mediano, Salvador, Piruleno.
El pequeño, Martín, Pirulín.
Y la perra, Duna, Piruguau.

Recuerdo que hicimos una canción piruleta entre todos (pero es demasiado cursi incluso para este blog), y que luchábamos contra "malos invisibles", que eran aburridos y no querían que existieran piruletas en el mundo.

(*) Es la primera vez, conscientemente, que pongo los nombres reales de mi familia en este blog. Me ha parecido un momento oportuno y simpático para ponerlos; lo que no quita que entienda y apoye a otros conocidos que no desean que su nombre real aparezca por estos lares.

¿Y por qué cuento todo esto?

En otras entradas en mi bitácora, he contado que me siento una persona afortunada, he escrito la cursilada esa de "soy feliz", y me he reído de que algunas veces me toca aguantar que me digan que vivo en mi "mundo irreal", en el "país de la piruleta", como Homer Simpson.

Cuando las personas recordamos algo, nos vienen imágenes a la mente de eso que recordamos (algún psicólogo que diga si eso es cierto o me lo acabo de inventar, plis).
Cuando yo digo si soy afortunado o no, son esas tardes paseando con mis hijos, o viendo a los conejos, o jugando al Comando Piruleta, las imágenes que me vienen a la cabeza.

PD.- Mañana, segunda parte de esta entrada con un actor estelar, que hace tiempo quería escribir de él y mis hijos: 'Piedrín'.

No hay comentarios: