jueves, noviembre 18, 2004

Cuatro añitos

Cuatro: éstos son los años que cumplió mi hijo mediano ayer, rodeado de sus amiguitos del cole, trozos de tarta de chocolate y regalos.

Era la primera vez que celebrábamos un cumpleaños con el niño cumpleañero y sus amigos; y en mi modesta opinión, salió todo redondo. Divertido, estimulante, gracioso, barato... El niño se sintió protagonista y feliz. Y hay documentos gráficos que lo avalan, que mi nueva camarita dió para unas 130 fotos a lo largo del día (jijiji).

Además, también hubo detalle de parte de los dinosaurios, en forma de carta y regalo.
En un post de mayo os hablé de Félix, Valiente, y Benjamín, los tres dinosaurios que son amigüitos de mis hijos, y que les mandan cartas por sus cumpleaños.
Aquí transcribo la carta que les llegó ayer a mis hijos (es la quinta carta que mandan desde hace año y medio, vale hacer críticas):

Félix, Valiente, Benjamín.

Casa Mágica de los Dinosaurios.

Carta para el 17 de Noviembre. Año 2004.

¡¡¡Feliz Cumpleaños Salvador!!! ¡¡¡Feliç Aniversari, Salvador!!!

¡Hola, amiguitos Salvador, Juanmanuel y Martín!

Venimos del cole, de aprender letras y números con la señorita Chipi la Ardilla. Y nada más llegar a nuestra Casita Mágica, nos hemos puesto a escribir esta carta para vosotros, en especial para Salvador, que hoy cumple cuatro años!!!

Nos gusta mucho ir al cole, que allí tenemos un montón de amigos y amigas para jugar, y muchas fichas para aprender cosas. ¿A vosotros os gusta vuestro cole?

Nos han contado que Martín también está yendo a un colegio para bebés, y que el año que viene iréis los tres juntos al mismo colegio. ¡Qué bien!

Un día os vimos cuando dormíais. ¡Habéis crecido un montón! ¡Y seguro que ya sabéis hacer muchas cosas nuevas!

Juanma, seguro que sabes leer muy bien, y te pones el pijama y la ropa solito, y te preparas una merienda si te apetece, y juegas con tus amigos y amigas en el cole o en la calle.

Martín, seguro que día tras día aprendes palabras nuevas, y andas, corres, subes, bajas, trepas, saltas o te arrastras, jugando con tus hermanos en el suelo, el sofá, la arena, el parque o dentro del coche.

Salvador, hoy es tu cumpleaños, ¡ya tienes cuatro añitos!. Ya sabes vestirte, ponerte un vaso, ir al váter y limpiarte, algunas letras y números, y jugar a todo lo que se te ocurra con tus hermanos. Seguro que tus papás y tu señorita están orgullosos y contentos contigo.

Nosotros estamos muy contentos de ser tres hermanos y jugar juntos... ¡seguro que vosotros también!

¡Hola chicos! Soy Valiente, y os quiero escribir lo que me pasó hace una semana. Estábamos preparando mi fiesta de cumpleaños, y papá-dinosaurio tuvo una idea: ¡hacer tarjetas de invitación a mi fiesta!

Lo primero que necesitábamos era cartulina de colores. ¿Cuál es el sitio de nuestra ciudad dónde hay más cartulinas? ¡El cole, con la señorita Chipi la Ardilla!

Nos llevó mamá-dinosaurio con el dinosauri-móvil (nuestro coche) hasta el cole, pero nos llevamos un chasco: ese día el cole estaba cerrado.

Al ver cerrado el cole, se nos ocurrió ir a casa de la señorita Chipi. Chipi se alegró mucho de vernos, y estuvimos jugando con ella y sus hijas ardillitas. Mientras, la señorita buscaba cartulinas.Encontró un montón, pero no eran de colores.

¡Había que colorear las cartulinas!

Fuimos a la granja de la Tortuga Truka, ya que papá-dinosaurio nos había dicho que tenía unas tizas gigantes de todos los colores del mundo.

En realidad, sólo tenía tres tizas: una roja, otra amarilla y una azul. Pero si las mezclabas, iban saliendo más y más colores: el verde si mezclabas el azul y el amarillo, el morado con el azul y el rojo....

¡Por fin, teníamos un montón de cartulinas coloreadas!

Nos llevamos las cartulinas, rotuladores y tijeras hasta el Bosque del Oeste. Allí, nos ayudaron las mariposas, el patito marrón y los koalitas curki y turki. Pintamos las invitaciones entre todos, apoyados en las raíces del Gran Árbol.

Cuando acabamos las invitaciones, se nos cayeron... en el agujero de la escolopendra Salena. ¡Menos mal que la escolopendra había salido a comprar!

Pedimos ayuda a las hormigas, que habían hecho más grande la entrada a su hormiguero para que pudieran caber las carrozas de sus fiestas. Era la primera vez que estábamos dentro de un hormiguero... ¡está todo tan oscuro...! Llegamos hasta una entrada secreta a la guarida de la escolopendra, y antes de que Salena llegara, recuperamos las invitaciones.

Al día siguiente, repartimos las invitaciones a la fiesta entre todos nuestros amiguitos del cole.

Hicimos la fiesta en el Lago de los Patos. Vinieron papá y mamá-dinosaurio y un montón de amigos.

Jugamos, trepamos a los árboles, saltamos, bailamos, reímos, cantamos.... ¡bufff!

Cuando ya no podíamos más y estábamos todos cansados y llenos de sudor, nos sentamos a comer una tarta enorme con frutas del bosque.

Después, seguimos jugando hasta que se hizo de noche. Acabó mi fiesta de cumpleaños, y volvimos a nuestra Casita Mágica. Ya ves, Salvador, yo que soy el mediano de los dinosaurios, ya tengo un añito más, igual que tú, que cuando recibas esta carta tendrás ya ¡¡¡CUATRO años!!!

Quan estigues llegint aquesta carta, Salvador, els teus pares te’n donaràn un regal d’aniversari de part nostra. T’hem dibuixat la caixeta, però segur que t’agrade més el detall que hi ha dins!

Enviamos recuerdos a algunos amiguitos vuestros que hemos visto algunos de estos días, y que nos pidieron que los dibujáramos, como son... Piedrín, el Osito de Salva y Mochín.

También os enviamos unos trozos de cariño:

Soy Félix, y os envío: un beso a Juanma en la oreja izquierda, unas cosquillitas a Salvador debajo del pie derecho, y una pedorreta a Martín en el ombligo.

Yo soy Valiente, y os envío: un beso a Salvador en la nariz, unas cosqullitas a Martín en la mano derecha, y una pedorreta a Juanma en la cara.

Y yo, que soy el pequeñín, Benjamín, os envío: un beso a Martín en la frente, unas cosquillitas a Juanma en el cuello, y una pedorreta a Salvador en la espalda.

¡Ah! Y nuestro perrito, que se nos olvidaba, os manda un lametón en la mejilla a cada uno... ¡y un ladrido para que os acordéis de ponerle un nombre! ¡Guau!

¡Hasta la próxima carta!

Félix, Valiente, Benjamín.


PD.- No he abortado la plastoserie, pero por este post merecía la pena hacer un descanso. A partir de mañana, seguiré plastoseando un poco más.

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