martes, noviembre 23, 2004

Divendres de Fira, títeres (Fira d'Onda, parte VII)

El viernes (divendres) de Fira fue una continuación de los días anteriores, con la novedad de que mi mujer volvía a trabajar, y me tocaba llevar a los niños solos al parque infantil.

Por la mañana, no fuimos al parque, sino a un concesionario Opel a mirar la posibilidad de comprar un coche nuevo. Y la cosa es que, como os hablo del día 29 de octubre, y ya estamos a 23 de noviembre, precisamente hoy hemos recogido el nuevo coche (un Opel Zafira). Como podéis observar, voy muy adelantado en esto de contar historietas. Ejem.

Y por la tarde, me llevé a los críos al parque infantil nada más comenzar el mismo. Era el último día del parque, y queríamos disfrutarlo hasta el último momentillo.
Este año, la presencia (mañana y tarde) de juegos para niños de diversas edades, ocupando toda la plaza, ha sido una muy buena noticia. Si alguno del Ayuntamiento lee esto, plis, repetid la experiencia el año próximo. La aceptación del público ha sido muy alta: todos los días, incluso el lluvioso, estaba lleno de críos jugando y correteando. Como debe ser, que pa' algo son las fiestas.

Cuando se cerró el parque, había un espectáculo de titelles (marionetas). Era entretenido, con canciones y todo eso; las marionetas no eran de trapo, sino de plástico, o porcelana, o qué se yo material duro, y no podían mover la boca ni nada de eso. Eran más bien muñecos. La pena fue que en esta ocasión, la multitud de canciones y el hecho de que el teatro fuera en un valenciano/catalán algo más cerrado de lo habitual, hizo que mis hijos no se enteraran demasiado. Yo me enteré de poco, que estuve hablando de muchas cosas con mi hermano, y estábamos todos ateridos de frío.

Se acabaron las marionetas, y nos fuimos a casa. Legalmente, se acababan ahí mis pequeñas vacaciones, ya que el siguiente día hábil (el martes 2 de noviembre) ya me tocaba currar. Pero aún quedaban tres días de ir por ahí, y la idea seguía siendo disfrutarlos.

Como debe ser.

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