miércoles, noviembre 10, 2004

Dimarts de Fira, baile infantil (Fira d'Onda, parte IV)

Ayer me quedé en el momento del cuentacuentos del lunes. La verdad es que era un tipo de negro (a ver cuándo edito una imagen de mi flamente Digital Camera.. ejem, y lo pongo), jovencillo, que gesticulaba mucho y ponía grandes voces, o voces chiquititas. Y a partir del primer cuento, dejaba que los niños le guiaran (por ejemplo, contó uno de piratas porque se lo pedían, y uno de una princesa donde debían salir dinosaurios por ídem). Y sacaba a los niños al "escenario" para bailar, y todo eso.
(A veces he leído en el blog de Rapunzell que ella hacía lo mismo, o parecido; pues no te conozco, chica, pero te diré como cumplido que me acordé de ti).
Los niños se lo pasaron pipa, y yo también. La pena es que no entendieron del todo ya que el cuentacuentos era en valenciano (como el 90% de las cosas que se hacen por aquí, es el idioma cultural-políticamente correcto), pero bueno, tampoco me parece una mala forma de incentivar ese idioma entre los chavales.

Y la mayor pena, para mí, fue tener que irme a los tres cuentos, faltando otros tres por contar (me suplieron mi mujer y mis padres que llegaron adrede para eso). Motivo: reunión política. Pero ése es otro cantar, y no tiene nada que ver con las fiestas y mis vacaciones.

Bien. Llegamos al martes. Que en valenciano es "dimarts", y de ahí el titulillo del post.

El martes por la mañana hacían pocas cosas, así que nos fuimos a comprar cosas a Castellón, aprovechando que ese día mi mujer tampoco curraba. Y cayó una barbacoa (que aún debemos instalar en casa), mirando de paso meternos una chimenea. Como véis, estamos de compras, reformas y quehaceres hogareños, que no está mal.
Inciso: si alguien quiere venirse a casa a torrar carne, morcillas, sardinas o lo que salga, y bailar rock'n'roll con tres pizguatos que llegan con dificultad al metro de altura, y un padre torpón, aquí encantados estamos.

Y por la tarde, parque de juegos infantil, y espectáculo de baile para niños.
El parque, muy completito (castillos hinchables, una caseta para manualidades, juegos de calle, etc), aunque casi todo el tiempo lo pasamos en un castillo infantil para muy pequeños, y una lona extendida con juegos, colores, plastilina, etc.
Los niños se lo pasaron bien, que es lo que cuenta. Aunque no pudieron subir al trenecito que daba vueltas al parque (había una cola tremebunda). Yo me dediqué a jugar con ellos y a hacerles muñequitos de plastilina (al final, hice muñecos para mis hijos, y para otros niños que pululaban por allí).

Y cuando cerraban el parque, en el mismo sitio hacían un espectáculo de canciones y bailes para críos. En un tablao, cuatro tipos y tipas vestidos de cosa rara (creo que eran duendes), hacían bailar a los niños, con las manos y pies, hacer trenecitos, parar la música y quedarse como estatuas, etc.
En valenciano (cómo no), y un poquito por la noche y con algo de frío (eso de que fuera por la noche es el único pero que puedo poner a toda la animación infantil de la semana).
Los niños bailaron, e incluso un poco mi hijo pequeño, de nuestra mano. Y si lograron que el pequeño se animara, es que estuvo la cosa muy bien y muy divertida.

Y ahí se acabó el martes, que volvimos a casa bailaos y frioleros.

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